Chistes de: Hombres

¡Oye!, tú me dijiste que te habías casado y ahora te veo lavar tu propia ropa, ¿Cómo es esto?
Claro que me casé, no ves, es la ropa de mi mujer.

Iba un camión con todos los asientos ocupados por hombres, y en una esquina se sube una anciana, y nadie le ofrece el asiento, y ella dice:
¡Ya no hay caballeros en estos tiempos!
Y le contesta un hombre:
Señora, sí hay caballeros, lo que no hay son asientos.

Era tu tipo tan tonto, tan tonto, que lo mandaron a Colombia por coca y trajo pepsi.

—Papá, ¿Cómo nací yo?
—Pues verás hijo, la historia comienza... Con una farmacia cerrada